Nefresio Llenotinto, vecino de la localidad serrana de
Villanueva de los Menudillos hace una narración bajo hipnosis de la supuesta
abducción que ha sufrido en la noche del 17 de abril cuando salió por la noche
a regar un bancal. El doctor que le ha hipnotizado es don Casimiro Luque
Piensas, experto en temas recónditos del cerebro humano y del cerebro de los
cerdos silvestres.
“ Yo salí a regar el bancal sobre las tres de la madrugada,
que es cuando me concedieron el agua, y unos metros más allá había un hombre
alto con un traje metálico que me hizo señales con la mano derecha para que me
acercara. Me pareció extraño pero me dirigí hacia él y le di mi mano en tono de
saludo. Él se sorprendió ante esto y se quedó mirando mi mano y la suya durante
unos momentos. Después me invitó a entrar en su nave espacial por una puerta
que surgió de la nada. Entramos y me empezó a enseñar el contenido de su nave.
Había pocas cosas, tan solo una especie de banquetas para sentarse y unos paneles
que funcionaban acercando los dedos.
Como estaba un poco nervioso intenté encender un cigarro,
pero no llegué a hacerlo porque el hombre alto me hizo una señal con la mano
para prohibírmelo. Mientras me enseñaba la nave pude ver otra persona, también
enfundada en un traje metálico sentada en una banqueta, que
trabajaba con un panel con luces. Me fijé un poco más detalladamente y puede
ver que era una mujer, porque se le notaban unos prominentes senos.
Yo no sé si fue por los nervios, o porque mi novia me había
dejado hace poco, que perdí el norte con la extraterrestre y me lancé a cogerle
los pechos mientras el hombre estaba de espaldas enseñándome una pantalla. La
mujer no daba crédito a lo que le estaba pasando y me dio un empujón que me lanzó
sobre el enfundado alienígena. Este al escuchar las quejas de su compañera me
miró a través del visor de su casco con unos ojos rasgados que daban miedo.
Luego se quitó un guante mostrando una mano con unos dedos muy largos y con
unas uñas como las de los lobos. Levantó la mano hacia arriba y me sacudió un
guantazo que me desplazó por lo menos diez metros. Luego vi como se abría una
portezuela y me tiraron al vacío con el ovni en marcha. Pensaba que iba a morir
del golpe pero tuve la suerte de caer en la parte superior de un camión que
estaba aparcado en las afueras del pueblo y lo tenían cargado de paja. Después
recuerdo que me levanté, eché un cigarro mirando al cielo pensando en lo
buena que estaba la extraterrestre y me fui a acostar pensando en ella."
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