lunes, 30 de abril de 2007

Las malditas hipotecas


Esto de las hipotecas es una vergüenza que no tiene límites. ¿Cómo es posible que unos cuántos ladrillos y otros tantos cables, etc., que no valen casi nada nos empeñen por cincuenta años?
Deberíamos hacer una revolución de algún tipo porque ya se han superado con creces los límites de lo admisible. Lo primero es exigir a los políticos, en sus campañas algún compromiso real y eficaz. Nada de viviendas para cuatro gatos a bajo precio (?). Hay que hacer una Ley que funcione y que TODOS los precios sean asequibles. Yo propongo una idea: crear una cédula de venta; de modo que nadie pueda vender un piso sin tener esa cédula de venta por parte de la Administración pertinente. Esa cédula debe indicar el precio máximo de venta de cada piso en función de las características del mismo. De este modo, un piso de 100 metros cuadrados en Segovia, nuevo, no podría venderse por más de veinte millones. Y si al comprador no le entregan la cédula no lo podría comprar legalmente.

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