En Nerpio me va a pillar la inauguración de las olimpiadas en las que no se puede hablar ni de religión ni de falta de libertades. Pues bueno, como lo que vamos a hacer es competir dejaremos que el Gobierno chino haga lo que quiera en su territorio. Y ya que no estamos como antaño que conseguir una medalla era un milagro, sentiremos con más cercanía todo ese abanico de deportes en los que antiguamente no nos comíamos un rosco.
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