Ir al supermercado a comprar leche puede conseguir que la gente que suele ir con la boca cerrada pierda esa costumbre y la abra hasta vérsele la campanilla. Estamos hablando del precio del litro de leche. Según mis cálculos personales, yendo yo a comprar, estoy viendo que ya está cerca de treinta céntimos de diferencia entre el precio de hace unos meses antes de la subida y ahora. Eso en las antiguas pesetas son cincuenta de diferencia. Y estamos hablando de un artículo básico en la alimentación de las familias.No voy a entrar en los motivos de la subida porque siempre hay argumentos para subir los precios, pero los que sobrevivimos de sueldos que año tras año no suben nada nos preguntamos qué está pasando realmente...
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