Parece que lo importante es correr muy deprisa, sin importar los medios para conseguirlo. Y, claro, en ciclismo, como en casi todos los deportes, el límite humano es difícil de superar. Y estamos llegando a descubrir que en muchos casos no ganan los mejores ciclistas sino los mejor dopados (y que claro, no hayan sido pillados).
A mi lo de los récords me la repampinfla. Aunque claro, hay mucho dinero detrás, y eso es lo que hace que se haga cualquier cosa por conseguirlo...
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