
En mi casa hemos perdido (ya por viejecito) una hamster al que llamábamos "Kiara". Ha sido el mismo día de las Elecciones 2008, vaya casualidad. El caso es que cuando se pierde uno de estos bichitos se te encoge el corazón por el cariño que se les coge.
(Este post no es de humor. Pero es que uno no está siempre para fiestas)
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