En la visita a la parroquia, le hace la petición al patrón, insistiéndole durante más de dos horas, e intentando, la pobre mujer, que pueda suceder el
milagro y así, pagar las tremendas deudas en las que le ha embarcado su hijo,
que, pretendía hacerse rico con una tienda de mascotas azules. Desafortunadamente le salió
el tiro por la culata.
El Patrón, en un principio no le hizo mucho caso, pero al
cabo de un rato se apiadó de la pobre señora y concedió el deseo solicitado.
Para ello dejó encargado a uno de sus ayudantes que realizara el milagro y que
hiciera que los números que jugase la mujer fueran los premiados.
El ayudante del patrón de la localidad, siendo becario y nuevo en el
puesto, cometió un error a la hora de informarse de la persona a la que tenía
que tocar el premio e hizo que los números premiados fuesen los de una
marquesa, de la localidad de Villagorda de los Señorones, que tenía el mismo
nombre y apellidos que la pobre peticionaria.
De este modo la marquesa fue agraciada con el premio gordo y
la pobre señora de Villanueva de los Menudillos tuvo que conformarse con el
reintegro.
Afortunadamente, las cosas mejoraron con el tiempo y
pudieron ir pagando las deudas con la crianza de ovejas amaestradas para cortar
el césped al ras del suelo...
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