domingo, 12 de junio de 2011

Noticia de coña - Es peligroso ir por ahí sin reloj

El hecho de no tener un reloj puede traer consecuencias desastrosas. Hasta el punto de terminar en el hospital por falta de hierro.

Heraclio Mandarina iba paseando por la calle y le preguntó la hora a un transeúnte:

- ¿Me da la hora?
El transeúnte le contestó:
- ¿Cómo que le dé la hora? ¿Se cree que está pidiendo cita en el médico? “Será imbécil”; pensó Heraclio. Tras lo cual anduvo un par de manzanas y se acordó de que tenía cita con su novia. Como ella era muy despistada acudió a una cabina telefónica para recordárselo:
- Silvia, ¿te acuerdas de la cita? -¿Qué cita? - le contesta ella - ¿Es que tenías que ir al médico?
Cabreado con ella colgó el teléfono y decidió ir al cine, pero como no sabía la hora se quedó mirando uno de esos paneles que hay en la calle que dan la hora y la temperatura. Tras mirar un rato con cara de bobo se dio cuenta de que estaba estropeado ya que sólo mostraba la temperatura. Un anciano que le estaba observando le dijo:
- Debería ir usted al médico porque mira de una manera muy extraña.
De este modo, terminó de cabrearse y decidió a ir a un hospital. Apareció en uno cercano y entró al vestíbulo. Luego se dio cuenta de que tendría que pedir cita y pensó: “A lo mejor tengo suerte y me la dan para hoy mismo”. Así las cosas, se puso a buscar a alguien que le dijera dónde podría pedir la cita, y vio a un celador con cara de loco que estaba intentando cazar una mosca imaginaria. Interrumpiendo su afanosa labor le preguntó:- ¿A qué lugar puedo dirigirme en este hospital para pedir una cita?
- ¡Vaya pregunta! Pues tal y como indica su nombre, el lugar en el que se pide cita es CITOLOGÍA!
Aún pareciéndole un poco rara la respuesta se dirigió al lugar en que estaba el cartel de citologías y permaneció allí varias horas, hasta que casi a las nueve de la tarde le indica un doctor:- ¿Usted a qué viene?
-Pues a pedir cita, ya que todo el mundo se ha empeñado en que tengo que hacerlo para que me vea un médico.
Le contó toda la historia y tras observarle detenidamente y tomarle el pulso dijo:- Lo que usted tiene es déficit de hierro.
- ¿Por qué me dice eso doctor?
-Porque todo lo que le ha pasado hasta este momento es por no saber la hora, y si usted tuviera un reloj con sus partes de hierro se habría ahorrado todo este disgusto...

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