Manuel Calandeño Coliflor, insigne vecino de la localidad serrana de Villanueva de los Menudillos falleció a causa de los disgustos que le produjeron su mujer y su hija, las cuales se pasaron toda su vida haciendo la vida imposible al pobre hombre. Éste desde el más allá decidió aparecerse a ambas para atormentarlas y así vengarse de todos los sinsabores que había sufrido mientras estaba vivo.
Sin embargo algo ocurrió que no estaba previsto a priori. Nada más fallecer Manuel, su viuda y su hija hicieron una obra en la casa y cambiaron algunos muros de sitio aprovechando también para incluir en la misma un trozo que pertenecía antes a un huerto. Así las cosas la distribución de la casa cambió de manera significativa.
Al cabo de unos días regresó Manuel en forma de fantasma para atormentar a su familia y penetrando en el edificio empezó a hacer ruidos y a tirar cosas al suelo, así como a encender y apagar luces y abrir y cerrar grifos.
Sin embargo, al haber hecho la obra y haber cambiado la distribución de la casa el fantasma de Manuel se equivocó y en vez de meterse en su casa se metió a molestar en casa de una vecina, que para más INRI era medio bruja y sabía como tratar a los fantasmas.
El pobre Manuel acabó siendo víctima de un conjuro y terminó su existencia en el Infierno, que fue el lugar al que la bruja le envió...
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