Yo sigo siendo un ignorante de la vida y no acabo de entender las cosas. En los últimos tiempos he disfrutado como un enano viendo jugar a la seleccionar española de baloncesto. Hemos visto proezas insuperables como ganar un campeonato del mundo, y estar a punto de ganar un europeo. Ver jugar con una ilusión casi infantil (léase como algo positivo) a nuestros excelentes deportistas, y todo ello bajo una dirección y la sincronía programada de Pepu Hernández.
Habíamos recuperado la ilusión en un deporte devaluado años atrás. Y ahora, bueno, pues lo de siempre; en vez de cuidar a los grandes profesionales, casi mimarlos, se hace lo que habitulamente hemos hecho en este país: MACHARCARLOS. Aquí, el que levanta la cabeza por algo, ya se encargará alguien de hundirle y defenestrarle.
Sólo una cosa Pepu, estamos contigo, y seguro que somos muchos...
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